OBJECTIVE: The main objective of this study was to assess people's willingness to join a community-based health insurance (CHI) model in El Páramo, a rural area in Ecuador, and to determine factors influencing this willingness. A second objective was to identify people's understanding and attitudes toward the presented CHI model. METHODS: A cross-sectional survey was carried out using a structured questionnaire. Of an estimated 829 households, 210 were randomly selected by two-stage cluster sampling. Attitudes toward the scheme were assessed. Information on factors possibly influencing willingness to join was collected and related to the willingness to join. To gain an insight into a respondent's possible ability to pay, health care expenditure on the last illness episode was assessed. Feasibility was defined as at least 50% of household heads willing to join the scheme. RESULTS: Willingness to join the CHI model for US$30 per year was 69.3%. With affiliation, 92.2% of interviewees stated that they would visit the local health facility more often. Willingness to join was found to be negatively associated with education. Other variables showed no significant association with willingness to join. The study showed a positive attitude toward the CHI scheme. Substantial health care expenditures on the last illness episode were documented. CONCLUSIONS: The investigation concludes that CHI in the study region is feasible. However, enrollments are likely to be lower than the stated willingness to join. Still, a CHI scheme should present an interesting financing alternative in rural areas where services are scarce and difficult to sustain.

OBJETIVO: El objetivo principal de este estudio fue evaluar la voluntad de los habitantes de El Páramo, una zona rural en el Ecuador, de participar en un seguro de salud comunitario y determinar los factores que influían en dicha voluntad. Otro objetivo fue identificar la comprensión y las actitudes de la población hacia el modelo presentado. MÉTODOS: Se llevó a cabo una encuesta transversal usando un cuestionario estructurado. De unos 829 hogares, 210 se escogieron aleatoriamente mediante un muestreo por conglomerados en dos etapas. Se analizaron las actitudes hacia un esquema de seguro de enfermedad, se recopiló información sobre los factores que posiblemente influían en la voluntad de participar y se correlacionaron con esta última. Para comprender la posible capacidad de pago de un entrevistado, se evaluó el gasto en atención de la salud en el último episodio de enfermedad. Se definió "factibilidad" como la existencia de voluntad de participar en el esquema de seguro de enfermedad en al menos 50% de los jefes de hogar. RESULTADOS: La voluntad de participar en un modelo de seguro de enfermedad por un costo de US$ 30 por año fue de 69,3%. El 92,2% de los entrevistados declararon que, en el caso de adherirse al programa, concurrirían al establecimiento de salud local más a menudo. El nivel educativo presentó una correlación negativa con la voluntad de participar, pero otras variables no mostraron ninguna asociación significativa con ella. El estudio reveló una actitud positiva hacia el esquema del seguro de enfermedad. Se documentaron gastos de atención de salud importantes en el último episodio de enfermedad. CONCLUSIONES: La puesta en marcha de un seguro de enfermedad en la zona de estudio es factible. Sin embargo, es probable que la participación real sea inferior a la voluntad de participar declarada. Aun así, un esquema de seguro de enfermedad podría representar una opción financiera interesante en las zonas rurales donde los servicios son escasos y difíciles de mantener.

OBJECTIVE: To ascertain whether diarrhoea management improved during 1986-2003, a period when significant efforts were made to promote effective case management in children. METHODS: We analysed household data from 107 Demographic and Health Surveys in 40 low- and middle-income countries from 1986 to 2003 and assessed trends in indicators of rehydration, fluid quantity and food intake in children with diarrhoea. A statistical analysis was made of the overall trend for each indicator. FINDINGS: Modest progress was made with regard to the use of oral rehydration therapy (ORT) (0.39% per year) and increased fluid intake (1.02% per year), and use rates remained low in 2003, when compared with desired full coverage. Although use rates improved in the majority of countries, no progress was made in several countries. We estimate that, annually, 307 million children in low- and middle-income countries did not receive ORT, 356 million did not get increased amounts of fluids, and at the beginning of the 21st century, 227 million children got neither ORT nor increased amounts of fluids. CONCLUSION: The finding that many children in low- and middle-income countries do not receive proper treatment for diarrhoea points to the urgency in addressing this unfinished agenda in child survival. The effectiveness of diarrhoea control needs to be improved after critical review of established approaches and activities to reach caregivers of children at risk of dying from diarrhoeal diseases. Significant efforts must be made to scale up activities to improve case management and reduce childhood deaths from diarrhoea.

OBJETIVO: Determinar si el tratamiento de la diarrea mejoró durante 1986-2003, periodo durante el cual se hicieron grandes esfuerzos para fomentar un manejo eficaz de los casos en la población infantil. MÉTODOS: Analizamos los datos de hogares de 107 encuestas de demografía y salud de 40 países de ingresos bajos y medios entre 1986 a 2003, evaluando las tendencias de los indicadores sobre la rehidratación y las cantidades de líquido y los alimentos ingeridos entre los niños con diarrea. Los datos se sometieron a un análisis estadístico para determinar la tendencia general de cada indicador. RESULTADOS: Se registraron progresos moderados en relación con el uso de la terapia de rehidratación oral (TRO) (0,39% anual) y la ingestión de mayores cantidades de líquido (1,02% anual), pero las tasas de utilización se mantenían bajas en 2003, en comparación con la cobertura plena deseada. Aunque las tasas de uso mejoraron en la mayoría de los países, en varios de ellos no se lograron avances. Estimamos que, cada año, 307 millones de niños de países de ingresos bajos y medios no recibieron TRO y 356 millones no recibieron mayores cantidades de líquido, y que al iniciarse el siglo XXI había 227 millones de niños que no recibieron ni TRO ni mayores cantidades de líquido. CONCLUSIÓN: La observación de que muchos niños de los países de ingresos bajos y medios no reciben tratamiento adecuado para su diarrea muestra la urgente necesidad de abordar este punto pendiente de la agenda de la supervivencia infantil. Es necesario mejorar la eficacia del control de la diarrea, y realizar para ello un examen crítico de las prácticas y las actividades establecidas a fin de concienciar a los cuidadores de los niños que corren el riesgo de morir de enfermedades diarreicas. Habrá que hacer grandes esfuerzos para extender masivamente las actividades de mejora del manejo de los casos y reducir las defunciones infantiles por esa causa.

OBJECTIF: Déterminer si la prise en charge des cas de diarrhée s'est améliorée sur la période 1986-2003, pendant laquelle des efforts importants ont été consentis pour promouvoir une prise en charge efficace de la diarrhée chez l'enfant. MÉTHODES: Nous avons analysé des données collectées auprès des ménages provenant de 107 Enquêtes démographiques et de santé, réalisées dans 40 pays à revenus faibles ou moyens, entre 1986 et 2003, et évalué les tendances des indicateurs de la réhydratation, de la quantité de liquide et de la prise alimentaire chez les enfants souffrant de diarrhée. Nous avons effectué une analyse statistique de la tendance globale pour chaque indicateur. RÉSULTATS: Pour ce qui concerne la réhydratation par voie orale et l'augmentation de l'absorption de liquide, les progrès réalisés ont été modestes (0,39 % par an et 1,02 % par an respectivement) et les taux d'utilisation sont restés bas en 2003 par rapport à la couverture totale visée. Si les taux d'utilisation se sont améliorés dans la majorité des pays, aucun progrès n'a été enregistré dans plusieurs autres. D'après nos estimations, sur un an, 307 millions d'enfants de pays à revenus faibles ou moyens n'ont pas bénéficié de la réhydratation orale et 356 millions d'une augmentation de la quantité de fluide, et globalement, au début du 21e siècle, 227 millions d'enfants diarrhéiques n'ont fait l'objet ni d'une réhydratation orale, ni d'une augmentation de la quantité de liquide. CONCLUSION: Le résultat de cette étude, selon lequel un grand nombre d'enfants des pays à revenus faibles ou moyens ne reçoivent pas de traitement anti diarrhéique approprié, souligne l'urgence de poursuivre les efforts en direction des objectifs non atteints en matière de survie des enfants. Il est nécessaire de rendre plus efficace la lutte contre la diarrhée après avoir dressé un bilan critique des démarches et des activités en place pour atteindre les personnes qui s'occupent d'enfants susceptible de mourir d'une maladie diarrhéique. Il faut s'efforcer d'étendre les activités destinées à améliorer la prise en charge des cas et à réduire la mortalité infantile due à la diarrhée.